Aproximación a la Historia de Internet I

Alicante, 09 de julio de 2009 – Los orígenes remotos de Internet hemos de buscarlos en los Estados Unidos en el contexto de la Segunda Guerra Mundial y la posterior Guerra Fría. Durante el citado enfrentamiento bélico, un hombre llamado Vannevar Bush comprendió la necesidad de que el gobierno federal de los Estados Unidos se acercase a las comunidades científica y empresarial para fomentar la investigación tecnológica y, con dicha intención, comenzó a trabajar.

Acabada la contienda, la influencia de Bushfue uno de los factores que movieron a la creación de dos importantes asociaciones científicas: la National Science Foundation y la Advanced Research Projects Agency; de ellas, esta última desempeñaría, como veremos más adelante, un papel crucial en la creación y desarrollo inicial de la Red de redes.

La ARPA fue creada en 1957 por el presidente Dwight Einsenhower como consecuencia del lanzamiento soviético del satélite Sputnik. Dicho hito de la era espacial causó una crisis en la confianza del Estado norteamericano, que decidió crear en el Departamento de Defensa la Agencia de Proyectos Avanzados de Investigación con el fin de no quedarse atrás en el desarrollo tecnológico y militar.

La carrera espacial no podía esconder, pese a su disfraz de aventura, intereses estratégicos puramente militares. La guerra estaba muy reciente y la tensión de la Guerra Fría invitaba a las dos superpotencias a la adopción de nuevas y más sólidas medidas defensivas que pudiesen contrarrestar la amenaza atómica. En este contexto, el Estado norteamericano comenzó a prestar una especial atención a uno de los elementos defensivos más básicos: el sistema de comunicaciones. En cualquier conflicto, la información es vital, y precisamente este factor, la necesidad de poder disponer de un canal de comunicación que pudiese permanecer operativo y soportar cualquier tipo de ataque, fue el que originó las prístinas investigaciones que, con el paso del tiempo, fructificaron en la creación de Internet.

A principios de los años 60, la idea del desarrollo de una nueva red de comunicaciones «a prueba de bombas» flotaba entre la comunidad científica norteamericana. Dicho sistema no podía ser centralizado, esto es, no podía tener un único centro neurálgico de comunicaciones, pues un puntual ataque con armas nucleares podía destruirlo, bloqueando así los principales cauces informativos. La solución radicaba en la creación de una red de comunicaciones que pudiese plantear la máxima resistencia ante cualquier ofensiva enemiga. Dicha red descentralizada había de estar compuesta por diversos ordenadores distribuidos por diferentes bases de distintos estados del país. Todos los equipos habían de funcionar como nodos de igual importancia y debían tener la posibilidad de crear, transmitir y recibir mensajes, de modo que la desaparición o inactividad de cualquiera de ellos no pudiese detener el tráfico de información.

Dos instituciones, el Massachussetts Institute of Technology (MIT) y la RAND Corporation, decidieron tratar de llevar a la práctica dicho planteamiento. En 1961, uno de los miembros del MIT, Leonard Kleinrock, publicó el artículo «Flujo de Información en Redes Amplias de Comunicación», que se convirtió en el primer trabajo sobre la teoría de conmutación por paquetes, una tecnología que permitía dividir los datos en paquetes y que estos recorrieran rutas distintas hasta llegar a su destino.

Poco después, en 1962, otro investigador del Massachussetts Institute of Technology, Licklider, escribió una serie de artículos (entre los que podemos destacar «Simbiosis hombre-ordenador»), en los que describía las interacciones sociales que podría proporcionar el trabajo en red o «networking». Licklider concibió una «Galactic Network», una «Red Galáctica» a través de la cual los usuarios interconectados podrían acceder a datos y programas. En esencia, la idea de este investigador era muy similar a Internet. A finales de dicho año, Licklider comenzó a trabajar para la ARPA (o DARPA, como posteriormente se denominó, U.S.Defense Advanced Research Projects Agency) como principal responsable del programa de investigación en computadoras. Aunque finalmente no pudo construir la Red Galáctica, sus ideas sobre el concepto de trabajo en red sí convencieron a sus sucesores, Ivan Sutherland y Bob Taylor, y al investigador del MIT Larry Roberts.

Por otra parte, en ese mismo año 1962, la RAND Corporation comenzó a publicar artículos escritos por Paul Baran sobre «Redes de Comunicación Distribuidas». En 1964, Baran hizo pública una propuesta de red de comunicaciones descentralizada, fundamentada en la conmutación de paquetes de datos (Packet Switching Networks). En su modelo, la información se dividía en paquetes del mismo tamaño e importancia y se transmitía a través de los diferentes nodos por la ruta más eficiente hasta llegar al punto de destino, donde se reagrupaban manteniendo el orden previo a la partición.

En 1965 la ARPA promovió un estudio sobre «Redes cooperativas de computadoras de tiempo compartido». Y Larry Roberts consiguió conectar dos computadoras que estaban en Massachussets y California a través de una línea telefónica, creando así la primera red de ordenadores «de área amplia». El experimento fue la constatación de que las computadoras de tiempo compartido podían trabajar juntas correctamente, ejecutando programas y recuperando datos a discreción en la máquina remota.

Tras este éxito, a finales de 1966, Larry Roberts se trasladó a la ARPA. Y el año siguiente presentó su plan de Arpanet, la «Red de ARPA«, en el Association for Computing Machinery Symposium. En el encuentro también presentaron sus trabajos sobre redes conmutadas por paquetes Paul Baran (de RAND Corporation) y otros dos investigadores del NPL (National Physics Laboratory, en el Reino Unido), Donald Davies y Roger Scantlebury.

La puesta en común de los trabajos desarrollados de manera independiente en dichas instituciones (ARPA, RAND Corporation y National Physics Laboratory) sirvió para que un año más tarde, en 1968, se abriesen las primeras redes de prueba. En Inglatera, el National Physics Laboratory creó una red basada en el envío de paquetes de información, y Larry Roberts llevó finalmente a la práctica el proyecto de Arpanet. Constituyeron la red original cuatro nodos situados en las universidades californianas de Los Ángeles (UCLA) y Santa Bárbara, en la de Utah y en el Instituto de Investigación de Stanford (en el que estaba trabajando el inventor del «ratón», Douglas Engelbart, en un nuevo instrumento que tendría una enorme utilidad en el desarrollo de Internet: el hipertexto). Los cuatro equipos transfirieron datos en líneas de alta velocidad y pudieron compartir recursos informáticos gracias a la utilización del «Network Control Protocol» (NCP), un protocolo que posteriormente evolucionaría hasta convertirse en el actual TCP/IP.

No obstante, la aportación más revolucionaria de Arpanet fue la de permitir la comunicación interpersonal. En 1969, la mayor parte del tráfico de la red no lo constituía el proceso de datos a largas distancias. Pese a los presupuestos iniciales, Arpanet se había convertido, más bien, en una oficina de correos electrónicos. Circulaban por ella noticias sobre trabajos de investigación y también mensajes personales… La UCLA creó el sistema de «Request for Commentaries» (RFC) con la intención de que todos cuantos participasen en el proyecto pudiesen poner en común por correo electrónico sus opiniones e ideas sobre cuestiones técnicas. El sistema de «solicitudes para comentarios» se generalizó rápidamente y fue utilizado, no solo como medio de discusión científica, sino también como vehículo de debate sobre temas de ciencia ficción (una de las primeras listas de distribución de la historia de las redes fue «SF-Lovers»). Hoy en día, los RFC constituyen la colección más importante de documentos que ilustran la evolución de Internet.

Arpanet creció a gran velocidad. En 1971 tenía ya 15 nodos. Además, en dicho año, Ray Tomlinson, del BBN (Bolt, Beranek and Newman), inventó el primer programa para enviar mensajes por la Red, combinando un programa interno de correo electrónico y otro programa de transferencia de ficheros. En él, Tomlinson utilizó la arroba (@), un signo que acabó convirtiéndose en el símbolo del correo electrónico. Curiosamente, el investigador necesitaba un signo que separara el nombre del usuario del de la máquina; bajó los ojos a su teclado y eligió la arroba porque necesitaba un carácter que no estuviese en ningún apellido… Asimismo, en dicho año 1971, un grupo de investigadores del MIT presentó la propuesta del primer «protocolo para la transmisión de archivos».

En 1972, Larry Roberts dio un nuevo empujón a Arpanet al presentarla en la Conferencia Internacional sobre Comunicaciones por Ordenador. Tras este evento, se formó un grupo de investigación internacional y ello incrementó el ritmo expansivo de la red. Junto a los ya 37 nodos estadounidenses, la University College of London inglesa y el Royal Radar Establishment noruego establecieron los primeros puntos transoceánicos. La «arquitectura» de Arpanet se había abierto a nuevas redes, lo que dio pie a la acuñación del término «Internetting«.

En 1974 Vinton Cerf y Robert Khan publicaron el trabajo «A Protocol for Packet Network Interconnection». En él explicaban con detalle el diseño del Transmission Control Protocol. El TCP convertía los mensajes en pequeños paquetes de información que viajaban por la Red de forma separada hasta llegar a su destino, donde volvían a reagruparse. Este protocolo inicial, unido al Internet Protocol (IP) -que maneja el direccionamiento de los envíos de datos, asegurando que los paquetes de información separados se encaminen por vías separadas a través de diversos nódulos, e incluso a través de múltiples redes con arquitecturas distintas-, acabó convirtiéndose en 1982 en el protocolo de comunicación estándar de Internet y, también, en una de las principales claves técnicas que han permitido su crecimiento exponencial.

A lo largo de la década de los 70, numerosas redes se conectaron a Arpanet y los investigadores desarrollaron diferentes estándares y protocolos, como Telnet, la especificación de transferencia de archivos o el protocolo de voz en redes (NVP, Network Voice Protocol).

El crecimiento de Arpanet acabó haciendo necesaria la existencia de algunos órganos de gestión. En 1979, la ARPA creó la primera comisión de control de la configuración de Internet: el Internet Configuration Control Board, que más tarde se transformaría en el Internet Activities Board y que en la actualidad es el Internet Architecture Board de la Internet Society.

A principios de la década de los 80, Arpanet siguió creciendo. En 1980 más de 200 servidores estaban ya conectados. Asimismo, en dicho año aparecieron las primeras aplicaciones del TCP/IP, contribuyendo decisivamente al hecho de que dos años después, en 1982, dicho protocolo fue adoptado como estándar por Arpanet. Por otra parte, también hemos de destacar que este mismo año fue creada la European Unix Network (Eunet) con el fin de proporcionar servicios de trabajo en red a organizaciones de los Países Bajos, Dinamarca, Suecia e Inglaterra.

La mayor parte de los historiadores de la Red de redes consideran que 1983 fue la fecha del nacimiento de Internet. Teniendo en consideración el desarrollo de la Red -que ya contaba con más de 500 servidores conectados-, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos decidió separar las partes militar y civil de Arpanet, se retiró de esta y procedió a la creación de la red Milnet. De esa manera, la antigua Arpanet dejó paso a la nueva Internet, una red de redes sin fines militares, abierta a todas las universidades, empresas e instituciones que tuviesen interés por participar en su desarrollo.

 

 

Antonio Carrasco Rodríguez

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