Brechas digitales

Alicante, 05 de febrero de 2010 – Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) permiten acceder a mayor número de datos, habilitándonos para realizar análisis más complejos de situaciones. Aunque la tecnología no sustituya a la capacidad para resolver problemas, determinada por intuición, moral y raciocinio, a medida que la tecnología se vuelva más sofisticada, lo que denominamos ‘sabiduría humana’ podría llegar a niveles más altos.

Si convenimos en que, efectivamente, la sabiduría aumentará con la ayuda digital se considerará sabios a quienes, inteligentemente, combinen lo innato con las herramientas digitales que estén a su alcance.

Existen varias brechas digitales que pueden impedir el alcance de este objetivo. En primer lugar, aquella que diferencia a las personas que tienen acceso a Internet de las que no lo tienen. Y dentro de los primeros, los que tienen un acceso más rápido (banda ancha) y los que no tienen asegurado este acceso. Esta brecha digital está claramente marcada por diferencias socio-económicas.

La segunda brecha es generacional, y afecta fundamentalmente al mundo desarrollado. Se da entre ‘inmigrantes’ y ‘nativos’ digitales, es decir, entre las generaciones que no han crecido en un entorno digital y aquellas que sí lo han hecho. Convencionalmente se denomina nativo digital al individuo menor de 25 años.

Pese a lo que afirman los optimistas radicales de la era digital, esto es, que la nueva generación es más rápida y versátil; que es capaz de gestionar más eficazmente grandes cantidades de información; y que está transformando todas las instituciones de la vida moderna, desde el mercado y la organización del trabajo a la política y la cultura: la realidad es más bien otra. Un estudio del Centre de recherche Travail & Technologies, de la Universidad de Namur, en Bélgica, evidencia las dificultades de un gran sector de los jóvenes para manejar las competencias básicas de una sociedad de la información y el conocimiento.

Comienza a percibirse una nueva brecha que afectará a la generación de nativos digitales. La brecha entre los que únicamente se mueven en un universo de diversión (utilización de Internet y dispositivos móviles centrada en la mensajería instantánea, las descargas de música o el visionado de vídeos on-line), y los que, además, adquieren destrezas para obtener información y transformarla, efectivamente, en conocimiento. Esta diferencia viene fundamentalmente marcada por los hábitos de uso de la tecnología, en los cuales el ambiente familiar y educativo inciden.

Este supuesto, que parece no tener más consecuencias que las que reporte su elección al individuo, tiene implicaciones mayores. Instituciones y empresas tendrán que asumir esa dualidad y trazar estrategias diferenciadas de comunicación y prestación de servicios para unos y otros.

El Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, constituye un ejemplo de superación de la brecha digital generacional: formado en la etapa predigital, ha aprendido las destrezas necesarias para crear en la Red un movimiento de apoyo sin precedentes, también para la financiación de su campaña.

Las instituciones del mundo desarrollado deberán centrar sus esfuerzos en impedir esta nueva brecha digital entre los jóvenes, promoviendo, fundamentalmente en el entorno educativo, proyectos de capacitación digital para adquirir conocimiento.

Para ello, es prioritaria la formación digital de los docentes, la utilización en los centros de los recursos que entidades de prestigio ofrecen ya on-line, como es el caso de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. Y la implantación de innovaciones en la escuela, como supone el Laboratorio Virtual de Lectoescritura, de la Junta de Extremadura, cuya aplicación web y vídeo promocional han sido realizados por el Taller Digital de la Universidad de Alicante.

 

Ana Cuerdo Alonso

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